¿Estás controlando bien el clima de tu cultivo?

La importancia de la temperatura y la humedad en cada etapa

Cuando pensamos en un cultivo exitoso, lo primero que suele venir a la cabeza son factores como la luz, el riego o los nutrientes. Sin embargo, hay un aspecto igual de crucial que muchas veces pasa desapercibido: el clima del espacio de cultivo.

La temperatura y la humedad no son detalles menores. Son variables clave que afectan la transpiración de la planta, la absorción de nutrientes, el ritmo de crecimiento y, en última instancia, la calidad de la cosecha. Un ambiente mal regulado puede provocar desde estrés y desarrollo lento hasta la aparición de hongos.

En esta guía, te contamos cuáles son los valores ideales de temperatura y humedad para cada etapa del cultivo, y qué herramientas podés usar para mantener el clima bajo control.


Etapa vegetativa: crecimiento activo

Durante esta fase, la planta desarrolla hojas, ramas y raíces. Es una etapa de alto metabolismo, por lo que necesita un clima que favorezca el crecimiento.

  • Temperatura ideal: entre 22 y 26 °C

  • Humedad relativa: entre 60% y 70%

Un ambiente ligeramente cálido y húmedo estimula la producción de masa vegetal. Si cultivás con luces LED —que suelen resecar el ambiente— podés mantener la humedad con un humidificador o, en espacios más chicos, simplemente rociando agua cerca del sustrato (sin mojar directamente la planta).


Etapa de floración: foco en los cogollos

A medida que la planta entra en floración, sus necesidades cambian. El objetivo ya no es producir más hojas, sino concentrar la energía en formar flores densas y resinosas. Y para eso, es fundamental evitar excesos de humedad que puedan favorecer hongos como la botrytis.

  • Temperatura ideal: entre 20 y 26 °C

  • Humedad relativa: entre 40% y 50%

Si vivís en zonas muy húmedas o tu indoor no ventila bien, es recomendable usar un deshumidificador, sobre todo durante las últimas semanas de floración. También es buena práctica revisar los niveles de humedad dentro y fuera de la carpa para asegurarte de que haya un buen intercambio de aire.


Herramientas que no pueden faltar

Tener control del clima no implica grandes inversiones. Con algunos elementos básicos, podés asegurarte un entorno más estable:

  • Termohigrómetro digital, idealmente con registro de valores máximos y mínimos para entender cómo fluctúa el clima a lo largo del día.

  • Extractor e intractor, para renovar el aire del indoor y mantener la temperatura dentro de rangos saludables.

  • Humidificador o deshumidificador, según tu ubicación y época del año.

  • Ventiladores, para asegurar una circulación constante y evitar zonas de aire estancado dentro de la carpa.


Errores comunes a evitar

  • Usar luces potentes sin ventilación adecuada, lo que puede disparar la temperatura del indoor.

  • No medir la humedad en espacios pequeños, confiando en la percepción “a ojo”.

  • Ventilar solo durante el día, cuando en realidad el aire debe circular de forma constante, también durante el ciclo nocturno.


En resumen

Si tus plantas no están creciendo como deberían, quizás no sea un problema de fertilizantes o luz. El desequilibrio puede estar en el aire que las rodea. Controlar la temperatura y la humedad en cada etapa del cultivo es una de las formas más efectivas de evitar estrés, prevenir hongos y potenciar el desarrollo general de las plantas.

 

Y lo mejor: con algunos ajustes simples, podés lograr grandes cambios.

 

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